Foto: Javier Moya Rufino
Podría contar muchas historias sobre mi vida de diversas facetas que tengo como por ejemplo la Semana Santa, pero veo más conveniente hablar sobre mi decisión para estudiar el grado de Educación Primaria.
Desde pequeño, me gustaba el tema de la enseñanza, pero no de Educación Primaria, sino mi idea era dedicarme a la Educación Secundaria, más en concreto, tenía pensado estudiar el grado de Química o Biología, para luego dedicarme a la enseñanza. Todo mis pensamientos cambiaron, cuando comencé a trabajar con niños en los talleres de verano del Patronato Municipal de Deportes de Aracena, fue ahí donde empece a tener aun más claro que me quería dedicar a la enseñanza pero no de Educación Secundaria, sino de Educación Primaria, puesto que en esta etapa iba a aprender más de los niños y es donde ellos iban a aprender las cosas más importantes y básicas, como leer, sumar, etc., que van a aprender en su vida, cosa que me gustaría enseñarles yo y que ellos se acuerden de eso, como yo me acuerdo de la docente que a mí me lo enseño. Gracias al haber trabajado con niños, he podido tener claro cual iba a ser mi carrera y a lo que me gustaría dedicarme el día de mañana, puesto que me gusta trabajar con niños/as y aún más aprender de ellos todo lo posible.
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