miércoles, 25 de noviembre de 2015

Historia de Vida




       Me ha costado mucho trabajo decidir de que hablar en esta entrada, ya que no solo una cosa define mi vida, sino el conjunto de todo lo que me ha ocurrido a lo largo de los años. Mis padres, mi hermano, mis abuelos, mis amigos, el baile, la lectura, los viajes, la educación, el querer ser una buena persona, etc. es solo una parte representativa de lo que me define, lo que me hace ser quien soy.

       Como no me puedo extender demasiado, he decido que voy a hablar del baile, la actividad que ya sea de una manera o de otra me a acompañado a lo largo de toda mi trayectoria. Y aunque no me dediqué a solo un estilo en concreto, he practicado bastantes y diferentes variedades, dandome un conocimiento básico y general sobre esta actividad. 

       Desde que era pequeña, tan solo con 3 años comencé con la gimnasia rítmica, actividad que sin ser una variedad del baile propiamente dicha, me ayudó a familiarizarme con el ritmo y la música.

        Al poco tiempo, empecé a practicar danza, un estilo que me encantaba pero que con el tiempo, comencé a darme cuenta de que no me llenaba del todo. Aunque como ya digo, fueron unos años preciosos. Conocí a gente maravillosa, que ya desde esa edad tan temprana, me enseñaron valores que aun me duran y duraran toda mi vida. Actué en público, ante cientos de personas, y aunque fueran en su mayoría familiares de las alumnas y alumnos que actuabamos, ya sirvió para perderle el miedo al hablar y enfrentarme a un gran público. Además durante estos años estuve dando clases de sevillanas, para así poder aprender el baile típico de mi tierra.

      
       Al desligarme, de este tipo de baile pronto eche en falta esta actividad. Formaba una parte demasiado importante dentro de mi vida. Afortunadamente, una antigua bailarina de majorette se cruzó en mi camino. A ella le encantaba este estilo de baile, y debido a su nostalgia decidió crear un nuevo grupo: La Asociación Juvenil de Majorettes Ntra. Sra. del Rosario.

       Tuve el gran privilegio, de ser una de las primeras niñas que formó parte de esta asociación, y permanecer en ésta hasta el momento de su decaida y cese de la misma. Sin duda, fué una de las mejores cosas que he realizado a lo largo de mi vida. Fueron casi 5 años, llenos de experiencias y viajes en autobús, a diferentes pueblos, con un solo fín. Enseñar lo que sabiamos hacer. 



      



       Al mismo tiempo que actuaba y aprendía las habilidades de majorette, me llamó la atención el baile con cariocas. Es un juego malabar formado por dos cuerdas de medio metro de longitud aproximandamente con una bola en uno de los extremos de cada cuerda y unas cintas con el fin de ornamentar. Con ellas hay que realizar distintos trucos y figuras siguiendo el ritmo de la música. Todavía las uso y practico en mi tiempo libre, aprendiendo más día a día.

       Tras finalizar esta etapa, probé suerte con el baile moderno y el raggae.  Desgraciadamente, esto duró solo un año, ya que, aunque esta variedad de baile me encantaba, debido a la ya presente crisis económica, el grupo se desizo.

       Y como, las anteriores veces en mi vida, esta falta de baile hizó que en poco tiempo pasase a realizar un nueva variedad: los bailes de salón, en especial la salsa y la bachata. Actividad a la que aun hoy en día me dedico y que me encanta.



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En esta entrada he explicado, como ha sido mi vida, en especial la relación que he tenido con el baile y sus diferentes variedades.

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